El Gobierno nacional aprobó el protocolo que envió la Conmebol para que se reinicie la Copa Libertadores el próximo 15 de septiembre.
«El protocolo es el que envió Conmebol, lo estudiamos mucho y creemos que es estricto y que no corren ningún riesgo los planteles argentinos. Tampoco hay ningún riesgo de esparcimiento del virus con los planteles extranjeros que vengan a la Argentina», señaló el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, a la salida de la reunión.
El encuentro donde las autoridades analizaron el protocolo comenzó pasadas las 17.30 en el salón «Mujeres Argentinas» de la Casa de Gobierno, en la que sorpresivamente no hubo representantes de AFA.
De la reunión participaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y los ministros Ginés González García (Salud), Mario Meoni (Transporte) y Matías Lammens (Turismo y Deportes).
Argentina, al igual que Uruguay que ya avisó que lo aprobará en las próximas horas, recibió una prórroga del viernes a este martes para dar una respuesta a la Conmebol.
El protocolo establece que los equipos que lleguen a los países donde van a jugar permanezcan en ellos no más de 72 horas para no realizar los 14 días de cuarentena preestablecidos, algo que estipula el decreto que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, activó el 17 de marzo pasado.
Esa logística sanitaria establece que cada delegación no contenga más de 50 integrantes testeados por PCR (hisopados), que confrontarán con la misma cantidad y en las mismas condiciones que sus adversarios de ocasión, para retornar inmediatamente a sus lugares de origen.
El único equipo que tiene previsto cambiar de cancha es River Plate, que en vez de jugar en el Monumental, que está en refacciones, lo hará en Independiente, un cambio jurisdiccional de Capital a Provincia que ahora se acepta sencillamente porque los encuentros de Libertadores también se disputarán sin público.
El jueves pasado, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, mantuvo una videoconferencia con autoridades de la Conmebol, para conocer al detalle el protocolo, que ya fue aprobado en ocho de los diez países sudamericanos.