FUTBOL
“No tengo nada contra los porteños, pero quiero justicia, basta de dirigentes traidores”, dijo el mítico entrenador del club jujeño, quien estalló ante la posibilidad de que el ascenso del interior se postergue hasta 2021. “Si se juega, que jueguen todos”, sintetizó.
El veterano entrenador Salvador Ragusa se ha convertido en una suerte de líder justiciero del llamado “fútbol del Interior”, que considera “bastardeado y ninguneado” por la Asociación del Fútbol Argentino y por “dirigentes traidores que permiten cualquier cosa: ¿cómo puede ser que el Ascenso tenga un regreso programado y a nosotros nos mandan a jugar el año que viene?”. (Foto: Ragusa fue técnico de San Martín de Formosa, en la foto junto al periodista Alfredo Domínguez, durante una entrevista en el programa Mesa Deportiva que se emite por el Canal 3).
Actual director técnico de Altos Hornos Zapla de Jujuy, el rosarino Ragusa destacó que “por supuesto que lo sanitario es prioridad. Si no se puede, no se puede, paciencia. Pero hay hisopados o no hay, si se juega, que jueguen todos, ley pareja, para todos”.
“Han hecho una nota de suspensión y postergación del Torneo Federal Amateur hasta agosto de 2021 con el argumento de que habían consultado a los clubes y estaban de acuerdo. Y realmente es mentira. Salieron 50 clubes importantes de este torneo a decir que no los consultaron, que querían y quieren jugar en el momento que estén dadas todas las condiciones”, señaló Ragusa a Télam.
Y añadió: “Esto explota porque consultan nada más que a los amigos de ellos. Y con el Federal A hicieron lo mismo, tampoco consultaron a los que quieren participar. Consultaron a los equipos chicos, los que no quieren jugar ni en la Liga para no tener gastos”.
“Estoy limpio. Ningún intermediario me puede marcar en el fútbol que yo me quedé con un peso o hice algún negociado. Siempre fui un tipo honesto, jamás tuve un juicio con un club en toda mi carrera. Me he equivocado como técnico, o como hombre, como cualquiera, en la vida seguimos aprendiendo todos los días, pero me cansé de callarme”, explotó.
“Ojalá que tengamos un mejor fútbol a todo nivel. No tengo nada contra los porteños ni contra el fútbol porteño, ni contra las ligas porteñas. Lo único que quiero es justicia”, abogó Ragusa y se remontó a los días de las suspensiones de todas las competencias establecidas por la AFA.
“No puede ser que nadie abra la boca. Hay que decir basta a los dirigentes del Interior traidores. Queremos otra cosa. Basta. Queremos dirigentes que no traicionen el mandato del interior. Y si es necesario, hay que ir a hacerse oír a la Capital y cortar la calle Viamonte. El fútbol es un contenedor social y una fuente de trabajo. Defendamos esa fuente de trabajo y al fútbol del interior que está bastardeado de larga data”, enfatizó e hizo notar que se trata de “una movida de casi 100 técnicos y más de 50 dirigentes”.
“No puede ser que los traten como cabecitas negras, como si no merecieran respeto. ¡Hasta la pelota es diferente! Otra marca de la pelota. No se les cae una idea. No saben cómo incentivar a los chicos, que salgan de la droga, de todo el día en la computadora”, añadió.
Verdadero trotamundos de 65 años y unas cuatro décadas en condición de director técnico (“empecé en el baby fútbol, uno va aprendiendo de los Jorge Solari, los Jorge Griffa, los José Pekerman, los Ernesto Duchini”), Ragusa considera que en el fútbol argentino “hemos tirado a la basura las dos cosas que jamás deben tirarse, la inteligencia y el talento”.
Asimismo, en el afán de disipar un eventual malentendido, subrayó que “si no se juega porque primero está salud, y hay que cuidarla, estamos de acuerdo. Nadie dice lo contrario. Pero si se juega, el día que se juegue, que juguemos todos”.
“Eso mismo le he dicho cara a cara al presidente del Consejo Federal (Pablo Toviggino), con quien debato ideas. Pienso en un interior grande y quiero un interior grande. En el interior faltan líderes. Mientras estuvo Raúl Ulloa, siendo presidente de Gimnasia de Jujuy, que fue la voz del interior, el Nacional B no se dividió nunca”.
“No hay que pensar siempre para arriba y olvidarse del interior”, concluyó Ragusa