La derrota de Ezequiel Matthysse por KOT 2 ante Franco Morello deja una enseñanza y reflexión, tanto para el boxeo argentino como para los espectadores.
Viejas historias, y viejas leyes que reinciden a través del tiempo. El último viernes el boxeoargentino revivió una de los tantos ejemplos existentes, cuando Ezequiel “El Niño Terrible” Matthysse, el hijo de Walter –ex retador mundialista- y sobrino de los campeones mundiales Lucas y Soledad, fue noqueado espectacular y sorpresivamente por el cordobés Franco Morello en el 2º round, en la velada de La Calera, Córdoba, cuando era amplio favorito.
Ambos tenían 1 pelea como rentados, ganadas en sendos casos por KO. No había favoritismos lógicos. Pero El Niño venía con toda la parafernalia mediática de su apellido, de haber debutado 6 días antes y ganado por KOT 1, lo que reglamentariamente lo habilitaba para volver a pelear tan pronto –si se gana antes del 3º el reglamento contempla esa licencia-, y parecía que la cosa era soplar y hacer botellas.
Lo habíamos de algún modo querido prevenir en esta nota, que quizás alguno hasta haya tomado a mal, «Boxeo: Al fin debutará el «Niño terrible», publicada antes de la pelea.
Es el sobrino, el hijo, etc; pero no es Lucas, ni Walter. Todavía es un chico. Se le vino la fama encima sin estar preparado, y la confianza mal manejada es traicionera en todos los ámbitos.
Bajó del ring en camilla con cuello ortopédico, fue rumbo al hospital donde le hicieron estudios de rutina que salieron satisfactorios, pero 1 segundo antes de quedar groggy y luego caer, tuvo nocaut parado a Morello, y no lo definió vaya a saberse por qué. Tal vez porque se relajó ante la sensación de la victoria en sus manos, como una vez le pasó a Látigo Coggi contra Eder González. Y lo pagó caro.
No obstante, incluso en el 1º round -que fue tremendo y de ida y vuelta-, recibió mucho. Corrección: recibió “todo”. Esa no es la manera, si realmente se quiere formar a alguien con futuro en vez de usufructuar su nombre.
Y lo mismo con su equipo técnico que sube al rincón. Todo bien con Mario Narvaes, su DT, hermano de Omar, pero cuando Ezequiel llegó del 1º round con un corte en su cuero cabelludo por cabezazo, se notó que no sabía en qué película estaba. Inadmisible que una promesa no tenga alguien en su esquina que sepa mínimamente tratar una herida. Se paga más caro ese precio que el gasto de tal servicio.
¿Puede recuperarse? Baste con decir que el Pac Man Manny Pacquiao perdió al año de su debut por KO 3 ante un mediocre, en su pelea Nº 12. Y que el Gran Alexis Argüello perdió por KO 4 en su 4ª pelea, ante alguien que hizo esa sola y se retiró.
Enseñanzas que nos da la vida, y que son las mejores lecciones que podemos recibir, no sólo Matthysse, sino todos los que estamos en esto, que exageramos triunfos, proyectamos deseos más que realidades, y depositamos en otros pesadas mochilas que luego se nos caen encima.