Los estadios Maracaná de Río de Janeiro, Nilton Santos de la misma ciudad, Mané Garrincha de Brasilia, Serra Dourada de Goiania y la Arena Pantanal de Cuiabá albergarán el torneo continental de selecciones desde el 13 de junio al 10 de julio.
Si hay lugares míticos para jugar al fútbol, uno de ellos es el estadio Maracaná de Río de Janeiro, que tendrá la final de la Copa América, cuyo camino previo transitará por el Nilton Santos de la misma ciudad, el Mané Garrincha de la capital Brasilia, escenario del partido inaugural, el Serra Dourada de Goiania y Arena Pantanal de Cuiabá.
El Maracaná tiene una larga historia, que se podría sintetizar a tres hitos: la heroica victoria de Uruguay en la final del Mundial ’50 sobre Brasil, la conquista del local en los Juegos Olímpicos del 2016 y la derrota de Argentina en el 2014 frente a Alemania (1-0) en la definición de la copa del mundo.
La cinta de inauguración se cortó el 24 de junio de 1950 con el sueño de todo un país de hacerse con su primer Mundial, algo que recién sucedió en Suecia 1958 con Pelé como figura, y terminó en la peor pesadilla cuando Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia silenciaron a las 200 mil personas presentes.
Con el pasar de los años, las butacas se acotaron por cuestiones de seguridad, y pasó a la mitad en el 2000 cuando le realizaron las reformas para ser sede del Mundial de Clubes de la FIFA, en el que Corinthians terminó como campeón. Y luego se redujo aún más: 84 mil personas sentadas para cumplir con las normativas internacionales.
No solamente por la capacidad es uno de los mejores estadios del continente, sino también por su comodidad, con la posibilidad de visibilizar bien el juego desde cualquier punto de las tribunas.
Los antecedentes para Brasil en Copa América son positivos: campeón en 1989 frente a Uruguay (1-0) y en 2019 contra Perú (3-1).
El Estadio Mané Garrincha de Brasilia, excluido en la Copa América 2019, fue utilizado en la Copa del Mundo del 2014, por lo que es uno de los recintos más modernos del país. Por ser sede en ese año, su capacidad pasó de 45.000 a 71.400 espectadores.
Su bautismo desde la remodelación se dio en la Copa de las Confederaciones 2013, con una goleada de Brasil sobre Japón por 3-0, y volvió a alojar al local en una victoria contra Camerún (4-1) en la fase de grupos y finalmente en una derrota (3-0) con Países Bajos, en un juego por el tercer lugar del Mundial 2014.
En Río de Janeiro se coló al final también el Nilton Santos (exJoao Havelange), sede en el pasado de durante los Juegos Panamericanos de 2007 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, con 46 mil localidades en las que se alienta habitualmente a Botafogo.
Su apertura fue el 30 de junio de 2007, con un encuentro entre el local y Fluminense, por la octava ronda de la Copa de Brasil, con un escándalo en las tribunas por los enfrentamientos entre ambas barras.
El Mané Garrincha no se utiliza habitualmente en el Brasileirao porque no tiene ningún equipo en la zona y tuvo algunos partidos de la Copa Libertadores este año cuando otros Estados decidieron no alojarlos por la gran cantidad de casos de coronavirus.
Allí, Argentina vivió una tarde soñada, en la que quebró 24 años sin meterse en las semifinales mundialistas, con un gol tempranero de Gonzalo Higuaín frente a Bélgica.
Otra de las sedes será el poco conocido Serra Dourada, en la ciudad de Goiânia, con una capacidad parar 60 mil espectadores, más allá de que las tribunas estarán vacías por la pandemia, donde hacen habitualmente de local Goiás, Atlético Goianiense y Vila Nova.
En la Copa América de 1989 alojó el grupo B, en el que Argentina afrontó cuatro partidos, con dos victorias y dos empates.
El 20 de abril jugó Newell’s Old Boys contra Goianiense en la Copa Sudamericana y se observó un campo en excelente estado como para ser parte del evento más importante del continente a nivel selecciones.
El último estadio, la «Arena Pantanal» de Cuiabá, en el estado de Mato Grosso, se construyó especialmente para el Mundial y fue el escenario de cuatro partidos.
Allí murió un obrero durante su construcción, Muhammad Ali Maciel, quien recibió una descarga eléctrica en plena tarea y falleció en el traslado al hospital, y se sumó a otros siete operarios fallecidos -uno de ellos por el Mané Garrincha-.
El estadio costó alrededor de 600 millones de reales brasileños -11.191.531.291 de pesos argentinos- y solamente actuaron ahí Chile (3-1 vs. Australia) y Colombia (4-1 a Japón).