BASQUETBOL EN FORMOSA
El equipo de Hernández brilló, superó a los boricuas por 106 a 84, sumó su quinto triunfo al hilo y quedó a un paso de la clasificación al Mundial de China 2019.
La Selección Argentina tuvo un partido perfecto y aplastó a Puerto Rico por 106 a 84 en un colmado estadio Cincuentenario. De esta manera, sumó su segundo triunfo en la ventana, su quinto en fila en las Eliminatorias y quedó muy cerca de clasificarse al Mundial de China 2019. La rompieron varios, pero Gabriel Deck tuvo su noche consagratoria con 21 puntos (máxima en la Selección) y 11 rebotes.
Argentina empezó absolutamente comprometida y consciente de la importancia del encuentro. Soportó el golpe a golpe que propuso su rival de entrada e incluso intimidó con un Deck muchísimo más activo que en México. El santiagueño desplegó su gigantesco arsenal ofensivo y marcó el camino con intensidad, puntos y rebotes. No obstante, lo mejor de la Selección se vio en el segundo parcial, cuando directamente aplastó a los boricuas con uno de los mejores pasajes del equipo en el ciclo de Hernández. Una máquina: marcó 36 puntos en el segmento y llevó al conjunto de Cassiano a un estado de confusión y frustración que derivó en la ventaja de 17 puntos con la que concluyó el primer tiempo (36 a 19). En ese tramo, Laprovittola se sacó la mufa (13), Deck siguió haciendo lo que mejor sabe y Delía lo acompañó con otra muy interesante producción personal (récord de puntos en la Selección: 15). El Cincuentenario era una fiesta.
La tendencia del juego se sostuvo en el complemento, donde Argentina continuó enfocada y hasta se permitió extender la diferencia a 30 (92 a 62), con Lapro en llamas (totalizó 21) y un ratito de Scola y Brussino. Allí Puerto Rico se entregó del todo. No pudo frenar nunca el arsenal ofensivo y tampoco pudo hacer mucho ante la intensidad defensiva del local. El último cuarto estuvo totalmente de más y sólo sirvió para cuidar la diferencia ante un muy hipotético empate. Y también para que la gente que colmó el estadio premiara el tremendo rendimiento de este grupo que, en silencio, lleva casi cuatro años compitiendo de igual a igual con todos los rivales cuando muchos lo daban por muerto al encarar el tan mentado recambio generacional. Mérito de Hernández, que supo construir una nueva base sin dejar nunca de querer ganar. Argentina tuvo su noche perfecta. Y cada vez está más cerca de China.