(Especial por Gustavo Nigrelli) Pese a su triunfo ante Caleb Plant y de unificar la corona supermediano de los 4 organismos, ¿es el Canelo Álvarez el Nº 1 libra por libra del momento?
Sin preconceptos, más allá de la victoria del Canelo Álvarez por KOT 11 ante el yanqui Caleb Plant el sábado pasado en el MGM Grand de Las Vegas, la pregunta que surge es la siguiente: ¿por qué nadie sale a arrancarle la cabeza al Canelo, ni él tampoco sale a arrancársela a los demás?
Tanta bronca acumulada, tanta pica abajo del ring que no podían ni mirarse a la cara porque estallaba la bomba atómica, tanto que se agarraban a trompadas en la conferencia de prensa por el odio mutuo incontrolable, ¿y cuando empezó la pelea los dos se acercaron al centro del ring caminando lentamente, estudiándose, midiéndose casi sin tirar manos?
¿Por qué Plant, 12 cm más alto y 11 cm más largo, no hizo valer nunca su mayor alcance jabeando sin dejar acercar al Canelo, ni buscó los planos bajos en el cuerpo a cuerpo o media distancia?
¿Por qué nunca un rapto de furia en su rostro o en los golpes, y a cambio jabs y directos inofensivos de ambas manos desde la media distancia como haciendo “cielo y tierra”, inocuos, estériles, intrascendentes?
Es tan fácil acertar pronósticos de las peleas del Canelo… Por alguna razón todos sabemos que probablemente sea KOT arriba (no KO), del 8º en adelante, como si el combo ideal fuera mostrar primero algo básico tipo aperitivo, algún jugueteo, si se puede algo de expectativa, y luego la definición sin demasiadas sorpresas, como armada, sin resistencia ni rebeldías. No quiere decir ensayadas, ojo; tal como surja en el momento, apelando a la repentización. Se está usando mucho ahora en las escuelas de arte dramático la improvisación dinámica sin libreto.
Los Titanes en el Ring estuvieron décadas engañando a la gente –en el buen sentido- brindándoles un show placentero pero ficticio, al punto que muchos –incluso los grandes- creyeron que se pegaban en serio; que William Boo era malo de verdad, que La Momia era medio paralítica, y que muchos “buenos” eran unos salames que se dejaban sorprender de atrás por los “malos” mientras se distraían con el árbitro o cualquier zoncera de turno.
Es curioso que todos sepamos de antemano en que no habrá nocaut, y menos, rápido. Que la pelea será larga. Que Canelo no caerá. Que tampoco será una batalla cruenta, aunque los relatores lo quieran hacer creer y hablen de un “nocaut brutal”, cuando apenas se trata de una mano común y corriente que pega en la cabeza.
A ver: ¿quién lo conocía a Plant antes de que se organice esta pelea? ¿Lo vieron pelear? ¿Salió alguna vez en los diarios por algún buen triunfo o como singular promesa? ¿Encabezó algún festival televisado internacional? ¿Tuvo algún duelo saliente? Es decir, ¿tenía “nombre”?
Quedó clarísimo ahora el robo a Brian Castaño ante Jermall Charlo, cuando los jueces sacaron un empate de la galera que le impidió ser el primer latino en unificar las 4 coronas de los organismos internacionales, aquella vez de los superwelters.
Ahora, lo primero que dijeron relator y comentarista de ESPN cuando le levantaron el brazo a Álvarez fue eso, y con bombos y platillos: “El Canelo es el primer púgil latino en unificar una corona de los 4 organismos” –la supermediano-. ¿Qué poco importante era, no?
Así es como se construye la historia. ¿O alguien pensaba en su ingenuidad que semejante logro hubiese sido patrimonio de un argentino que para ellos no mueve el termómetro, estando el Canelo a un par de meses de lograrlo?
Plant subió a perder –que no es lo mismo que dejarse ganar, ojo-, y se volvió con 10 palos verdes en el bolsillo que no hubiese conseguido en toda su carrera como campeón mundial. Sabe mejor que nadie que eso es gracias al Canelo, no a él, y por ende tiene claro por dónde pasa el negocio de todos, que no es precisamente por sus manos.
Por todo lo dicho, ¿puede un boxeador ceñirse en forma indiscutida el trono abstracto de mejor púgil libra por libra del momento? ¿Es mérito suficiente?
No es esto un cuestionamiento a su triunfo, ni a su figura –por favor-; tampoco a su valor o legitimidad. Pero de ahí a considerarse el Nº 1 lira por libra… ¿Qué hacemos entonces con Tyson Fury tras su peleón y espectacular triunfo ante Deontay Wilder?