El “Puma” Martínez cumplió el sueño familiar y se sumó a la lista de campeones mundiales de boxeo.
Derrotó al filipino Ancajas, que era el monarca con más tiempo de reinado en todas las categorías. La victoria en las 115 libras le da chances de enfrentar al mexicano Estrada (CMB) y el japonés Kazuto Ioka (OMB). El Puma es hijo de Abel Martínez, nacido y criado en el Lote 4 de la capital formoseña, recientemente fallecido, y cuyas cenizas fueron esparcidas en el barrio por el nuevo monarca que tiene el pugilismo nacional. El combate fue seguido con mucha atención por los formoseños, y el campeón retribuyó con un saludo a Formosa.
El boxeo argentino elevó su célebre nómina de campeones del mundo. Será una más, pero para la familia Martínez es el sueño. Porque Fernando pudo ponerse el cinturón que anhelaba su primo asesinado Sebastián, como le confesó en la previa a Clarín, y después de una espectacular victoria sobre el filipino Jerwin Ancajas en Las Vegas, Estados Unidos, se quedó con la corona supermosca de la Federación Internacional (FIB).
«Me lo dijeron varias veces, pero es así: es la pelea de mi vida, la que me va a abrir todas las puertas. Por eso me voy a jugar la vida, a todo o nada. Estoy esperando este momento desde que empecé a boxear y estoy muy emocionado porque al fin llegó. Siento una alegría enorme por poder estar donde estoy y por lo que vendrá», le había anticipado a Clarín.
Y en el Hotel Cosmopolitan de esa ciudad, el invicto Martínez se impuso por puntos con fallo unánime luego de un emocionante combate que dominó desde un principio y le permite tener chances de enfrentar al mexicano Estrada (CMB) y el japonés Kazuto Ioka (OMB), también monarcas de las 115 libras.
Los jurados Steve Weisfled y David Sutherland lo vieron ganar por 118-110, mientras que el restante, Max DeLuca, puntuó 117-111 para redondear un fallo que reflejó con nitidez la superioridad del argentino.
A sus 30 años, con una foja de 14 peleas ganadas, 8 de ellas por la vía rápida, el púgil oriundo de Avellaneda puso contra las cuerdas al filipino Ancajas (30) con un boxeo agresivo y audaz a lo largo de los 12 rounds.
Su rival era el campeón del mundo con más tiempo de reinado en una categoría de boxeo, dado que había ganado el título supermosca FIB en septiembre de 2016 cuando venció por decisión unánime al puertorriqueño McJoe Arroyo en la ciudad filipina de Taguig.
Desde entonces, Ancajas había logrado nueve defensas exitosas (estuvo diez años invicto) en las que despachó a todos sus retadores: el mexicano José Alfredo Rodríguez, el japonés Teiru Kinoshita, el británico Jamie Conlan, el mexicano Israel González, el filipino Jonas Sultan, el mexicano Alexandro Santiago, el japonés Ryuichi Funai, el chileno Miguel González y el mexicano Jonathan Javier Rodriguez Valles.
En su décima defensa, el filipino fue superado por el «Puma» Martínez, que afrontó su tercer combate fuera del país tras noquear al sudafricano Athenkosi Dumezweni en su casa a fines del 2019 y vencer por la vía rápida al mexicano Gonzalo García Durán en Dubai en agosto de 2021.
Ancajas adelantó tras la pelea que ejercerá su derecho contractual a una revancha para recuperar el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), mientras que Martínez se quebró mientras era abrazado en el ring por su promotor, el excampeón mundial Marcos «Chino» Maidana.
«No tengo palabras, hubiera querido que esté acá y me vea… Hoy le cumplí el sueño (a su papá que falleció tiempo atrás), ahora voy a ayudar a mi mamá para que pueda comprarse la casa. Les agradezco a todos por darme esta oportunidad de pelear en Las Vegas», declaró el argentino luego de calzarse el cinturón supermosca.
«A toda toda la gente que me apoyó, que sin ella no lo podría haber logrado. A mi novia, que me cocinó y me cuidó, también a mi hija Alma, a todo el equipo y a la gente de Formosa. Los amo con todo mi corazón», completó.
Martínez, entonces, se suma a un listado de campeones supermosca argentinos que ya incluía a Gustavo Ballas, Santos Falucho Laciar, Carlos Salazar, Víctor «Cocoho» Godoi y Omar «El Huracán» Narváez.