El Tribunal de Arbitraje Deportivos (TAS) ha dictaminado que Rusia «no podrá participar o asistir a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (invierno o verano) y cualquier campeonato mundial organizado o sancionado bajo las normas de la AMA, durante un período de dos años», aplicándose para esta sanción a cualquier atleta o personal de apoyo a los atletas.
Entra en vigor el 17 de diciembre de 2020 y concluye el 16 de diciembre de 2022. El recurso presentado por la Agencia Rusa Antidopaje (RUSADA) iba contra la sanción de cuatro años que le impuso por incumplimiento la AMA en diciembre de 2019 y que ahora ha quedado en dos años.
Dicha sanción implicaba la exclusión de Rusia de la participación, la organización o la candidatura de grandes acontecimientos deportivos celebrados en ese tiempo, incluidos los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y los Campeonatos del Mundo, que el TAS ha ratificado. El castigo final del máximo organismo conllevaba que los deportistas de Rusia sólo podrían participar en esas competiciones siempre que no exista sanción del organismo competente, demostrando que no estaban implicados en actos fraudulentos, y siempre con «uniforme que no contenga la bandera de la Federación Rusa y que contenga la palabra ‘neutral’.
El himno nacional tampoco será tocado o cantado en ninguno de estos eventos».El motivo de la sanción fue el descubrimiento por parte de la AMA de la manipulación de datos que debía comunicarle el Laboratorio de Moscú como una de las condiciones que impuso a Rusia, en septiembre de 2018, para considerar a la RUSADA de nuevo apta para sus funciones, tras haberla suspendido previamente.
Todo esto viene de un escándalo que arrancó mucho más atrás, aunque finalmente lo que ahora se ha juzgado era que RUSADA siguió manipulando datos que le pedía la AMA desde su Laboratorio de Moscú, una vez que se levantó la sanción anterior. Recapitulando, el escándalo ruso estalló el 3 de diciembre de 2014, cuando la cadena alemana ARD emitió el documental ‘Dossier secreto dopaje: cómo fabrica Rusia a sus campeones’, en el que denunciaba el dopaje sistemático de los atletas rusos y el encubrimiento de los controles.
Hubo que esperar a noviembre de 2015, cuando una comisión independiente de la AMA publicara el Informe McLaren. En este, Richard McLaren y Dick Pound acusaban a Rusia efectivamente lo que revelaba aquel documental de la ARD. La reacción inmediata de la AMA entonces fue suspender de forma inmediata al laboratorio antidopaje de Moscú y acto seguido a la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada).
En mayo de 2016 apareció un nuevo actor, Gregory Rodchenkov, exdirector de laboratorio antidoping ruso, que contó a The New York Times, el dopaje y manipulación de test rusos durante los Juegos de Invierno en Sochi 2014. De cara a los Juegos de Río 2016, el COI permitió competir a los atletas rusos no sancionados y aprobados, como neutrales (y así lo hizo luego de cara a los Juegos de Invierno de Pyeongchang), mientras que el Comité Paralímpico Internacional (IPC) excluyó a todos.
Las fechas clave para lo juzgado ahora llegan el 14 de septiembre de 2018, cuando la AMA anuncia que su panel de revisión ha recomendado la readmisión de RUSADA, a pesar de que Rusia no había cumplido con dos demandas: el reconocimiento del informe McLaren y el acceso al laboratorio analítico de Moscú. Esto último cambia el 1 de enero de 2019 cuando RUSADA acepta enviar los datos de su propio laboratorio antidopaje a la AMA, datos en este caso manipulados que han desencadenado en esta sentencia del TAS.