A 90 años de su nacimiento, sus pares definen al fallecido presidente de la AFA como el directivo «más audaz» de todos los que condujeron los destinos de la casa mayor del fútbol, ubicada sobre la calle Viamonte.
Considerado el dirigente más influyente en la historia del fútbol argentino, Julio Humberto Grondona (FOTO) vivió como un verdadero «animal político», que supo generar consensos y seducir voluntades, aún en las circunstancias más adversas.
A 90 años de su nacimiento, la mayoría de sus pares y colegas lo definen como el directivo «más audaz» de todos los que condujeron los destinos de la casa mayor del fútbol, ubicada sobre la calle Viamonte.
No en vano, ese muchacho de la barriada de Sarandí que fundó el club Arsenal a fines de los ’50 permaneció 35 años al frente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), desde abril de 1979 a julio de 2014, cuando falleció a los 83, después del Mundial de Brasil, con el equipo del DT Alejandro Sabella alcanzando el subcampeonato.
Había nacido un 18 de septiembre de 1931 y antes de erigirse en dirigente se desempeñó como futbolista.
Mientras daba una mano en la atención de la ferretería y local de venta de materiales para la construcción que la familia poseía en Sarandí, Grondona revistaba como un mediocampista ofensivo que llegó hasta la quinta división en River Plate.
Luego pasó por Defensores de Belgrano y, más tarde, junto a un grupo de amigos dio el puntapié inicial para un club con camiseta celeste y una banda roja cruzada en el pecho. Así nacía Arsenal, en enero del ’57.
Durante un tiempo fue jugador y directivo hasta que resolvió colgar los botines y se dedicó a la conducción de la entidad de Sarandí hasta 1976.
Como era hombre que tenía lugar en su corazón para más de una institución, Grondona también desarrollaba en paralelo funciones en la CD de Independiente. Hasta que a principios de 1977, Julio tomó las riendas del ‘Rojo’, en un período de gloria, con continuas participaciones en Copa Libertadores (ganó las ediciones 1972 a 1975, por ejemplo).
Hasta que a principios del ’79 y como eventual sucesor de Alfredo Cantilo, el nombre de Grondona empieza a cobrar fuerza. Los testimonios de época dieron cuenta de que el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste, hombre fuerte en River Plate y vicepresidente del Ente Autárquico Mundial ’78, pretendía imponer a Rafael Aragón Cabrera, en esos momentos titular de la entidad ‘millonaria’.
Pero Grondona logró convencer a la mayoría de sus pares en Asamblea, a partir de los logros deportivos del ‘Rojo’ (obtuvo los campeonatos Nacionales 1977 y 1978), además de haber sido clave en la renegociación del contrato para que César Luis Menotti continúe como entrenador del seleccionado argentino campeón del mundo.
Su estilo de conducción personalista no siempre le granjeó simpatías. Por el contrario, en más de una oportunidad, varios directivos, periodistas y gente vinculada al ambiente futbolístico pasaron a convertirse en enemigos.
Hubo una sola persona que intentó arrebatarle la presidencia de AFA y ese fue el exárbitro Teodoro Nitti, quien se presentó en las elecciones de renovación de autoridades en 1991. La votación favoreció 40-1 a quien por esos años ya se desempeñaba como vicepresidente de FIFA.
Otro que perdió por escándalo una votación en la que fue contra Grondona resultó el expresidente Mauricio Macri. Corría mediados de 1998 y el ese entonces titular de Boca Juniors pretendía instalar un apartado en el estatuto de AFA para «introducir la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas» en los clubes.
El también empresario intentaba convencer a sus pares de las bondades de las SAD en el fútbol, hasta que Grondona les pidió a todos que analizaran «el proyecto novedoso del ingeniero (Macri) para dar un veredicto».
«A ver los que están a favor de la propuesta de las Sociedades Anónimas Deportivas levanten la mano, por favor» solicitó el presidente de AFA. Ninguno de los 24 asambleístas levantó sus manos. «Perdimos, Mauricio» le dijo socarronamente Julio, al -en ese entonces- titular ‘xeneize’.
Paralelamente a su construcción de poder en la AFA, Grondona supo ganarse su espacio en FIFA, en donde llegó de la mano de Joao Havelange y luego continuó con Joseph Blatter, para revistar como vicepresidente por 26 años.
Manejo el idioma del fútbol que es universal», dijo Grondona alguna vez para referirse al hecho de que no había sido necesario que aprendiera inglés para arribar a la Comisión de Finanzas del máximo organismo.
Su nombre estuvo involucrado en distintas causas y denuncias por hechos de corrupción, aunque en ninguno fue condenado. La fiscal estadounidense Loretta Lynch destacó en sus informes que «el presidente de la Federación Argentina (en ese entonces, Grondona) recibió 15 millones de dólares en sobornos».
«(Julio) Grondona tiene un rol central y gigantesco en todo el FIFAgate», sostuvo el periodista y escritor norteamericano Ken Bensinger, quien investigó la trama de negociaciones espurias en el fútbol, vinculadas al pago de coimas y sobornos.
«Grondona no sólo era la mano derecha de Blatter, tenía una gran agudeza y habilidad para manejar grupos», agregó el periodista, en una nota concedida al programa radial Reloj de 24 (AM 530).
En su ciclo como mandamás del fútbol argentino, cuatro clubes de los considerados grandes descendieron: San Lorenzo, Racing, River Plate e Independiente. Y otros de los denominados chicos como Ferro, Lanús, Banfield o su propio Arsenal se consagraron campeones, en alguna ocasión.
Algunos de los nombres vinculados al fútbol que lo combatieron y enfrentaron son el ‘Flaco’ Menotti, Víctor Hugo Morales o Daniel Passarella. Además vivió períodos de ‘amor-odio’ con dos de las referencias más destacadas en los últimos 40 años: Diego Maradona y Carlos Bilardo.
Fue un hombre con una notable cintura. Supo cambiar y gestionar más dinero para la AFA y los clubes, cuando el proyecto ‘Fútbol para todos’ desembarcó en 2009, bajo la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Así, el monopolio que administraba la televisación del fútbol local perdió los derechos y esas imágenes de las tribunas, con un relator en off, se convirtieron en vagos recuerdos, por espacio de ocho años, al menos.
Así como manejó la ferretería, en la que fiaba a clientes para que pudieran terminar sus respectivas casas, Grondona supo regentear la AFA, en la que prestó dinero a las instituciones, con la promesa de que después «le voten los proyectos más ridículos» tal como aseguraron sus detractores, en relación al torneo de 30 equipos en Primera División, allá por 2014.